La historia del cine japonés no se entiende sin Akira Kurosawa (1910-1998). Hoy se conmemora un año más de su nacimiento.
El director debutó en 1943, por lo que pertenece a una especie de generación perdida posterior a los grandes clásicos (es decir, directores como Mizoguchi, Ozu, Naruse) y anterior a la nueva ola liderada por Nagisa Oshima. Kurosawa es el director de Rashomon. Filme que triunfó en la Mostra de Venecia de 1950 y sirvió para dar a conocer el cine japonés en todo el mundo.
Cada película de Kurosawa a partir de entonces fue un acontecimiento y Hollywood se sirvió varias veces de sus argumentos. Los siete samuráis, filme emblemático de 1954, generó un western, Los siete magníficos, y una película de ciencia-ficción, Los siete magníficos del espacio. Rashomon fue versionada en Cuatro verdades, con Paul Newman. George Lucas se basó en algunos personajes de La fortaleza escondida para la pareja de androides de su saga galáctica. También Sergio Leone realizó Por un puñado de dólares a partir de su filme de samuráis Yojimbo.
“Los seres humanos son incapaces de ser honestos acerca de ellos mismos. No pueden hablar de sí mismos sin embellecer” – Akira Kurosawa.
Los cineastas norteamericanos más inquietos le devolvieron el favor: Lucas y Coppola ayudaron en la producción de Kagemusha. Steven Spielberg coprodujo Los sueños de Akira Kurosawa, Martin Scorsese intervino como actor en este filme. Y el ruso Andrei Konchalowski realizó en EEUU, El tren del infierno, según un guión inédito del director.
La influencia de Kurosawa es considerable. No hay filme de samuráis posterior a 1954 que no le deba algo a este cineasta que combinó la épica con la tragedia de raíz shakesperiana, aunque trató también otros géneros. No es de extrañar que en Japón se le respete y que en el resto del mundo se le venere: logró el Oscar al mejor filme extranjero dos veces, por Rashomon y Dersu Uzala, y el Oscar a su carrera en 1990.
¿Habías escuchado hablar de este extraordinario cineasta? ¿Cuál ha sido tu película favorita?