María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete, mejor conocida por su nombre artístico: Dolores del Río y Orson Welles un amor platónico.
Dolores del Río.
Se le considera una de las máximas estrellas del cine mexicano y de Hollywood. Contemporánea de la Revolución mexicana, interpretó papeles en el cine mudo y sonoro desde temprana edad en Estado Unidos.
Conquistó fama internacional interpretando los más diversos papeles, en todos, siendo una mujer apasionada. Recibió el premio Ariel 3 veces: En 1946 por Las abandonadas, 1952 por Doña Perfecta y en el año de 1954 por El niño y la niebla.
A su paso por la unión americana trabajó en proyectos interesantes como adaptaciones de novelas al cine; como lo fue La resurrección de Tolstoi, además, a su paso en Estados Unidos y debido al éxito de su carrera, tuvo un encantador romance con Orson Welles (así es, el director del Ciudadano Kane) quien señaló en varias ocasiones que la vio por primera vez en una fiesta realizada en la casa de Jack Warner, dueño de Warner Brothers.
¿Cómo surgió el amor?
El flechazo fue inmediato y en la misma fiesta, al conocer a Dolores del Río, le dijo que había estado enamorado de ella desde su aparición en la cinta Ave del paraíso (1932), del cineasta King Vidor, en la que aparece la actriz mexicana nadando desnuda bajo el agua, lo que se convirtió en una escena atrevida para la época.
Desgraciadamente el romance nunca llegó a un matrimonio sólido, ya que Orson Welles tuvo un desinterés por la mexicana y jamás volvió a recuperar la confianza de la misma, Welles se casó con Rita Haywoth, sin embargo, nos queda el testimonio de Rebecca Welles, hija del cineasta, que declaró a la prensa que un día le comentó su papá que aunque estuvo casado con Hayworth, en realidad Dolores fue el gran amor de su vida.