Este mundo, podría beneficiarse enormemente de más bondad y compasión, porque francamente vivimos en tiempos en donde el egoísmo inunda la conciencia de las personas. Hoy hablaremos de la bondad y de conductas nocivas para tu salud emocional.
La gente que es amable alumbra este mundo y eleva la vibración del planeta. Sin embargo, a veces la amabilidad y la atención se pueden llevar al extremo opuesto, donde se convierte en una conducta auto-destructiva en vez de ser algo útil.
Esta bien que te preocupes por los demás, pero no cuando lo haces a expensas de tu propia felicidad y bienestar.
Aquí te dejamos algunas señales que debes cuidar para que no caigas en conductas nocivas para tu salud emocional:
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La gente se aprovecha de ti a menudo:
El momento en que pones las necesidades de otros por encima de las tuyas, la gente lo nota y das pie a una relación que te menosprecia, porque si tu no te valoras ellos no te van a valorar. Es Importante recordar que tienes la obligación de cuidar de tu propio ser en primer lugar, porque nadie lo va a hacer por ti.
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Escondes tu opinión por miedo al rechazo:
La gente agradable se forma en la infancia, cuando los padres elogian a un niño por ser obediente, inconscientemente le enseñan a no hacerse valer, por lo tanto al convertirse en adulto no sabe como asumir la responsabilidad de hacerse respetar.
El asunto es reconocer esta conducta y eliminarla. Recuerda: Nunca hagas hasta lo imposible para complacer a los demás y menos a expensas de tu propio bienestar.
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Atraes a gente desesperada o necesitada a tu vida:
Recuerda “Lo que se complementa, se atrae”, es una ley universal y esto funciona especialmente así entre las personas. Por lo que no es de sorprender que al ser demasiado agradable atraerás a aquellos que también buscan atención de los demás.
En cierto modo, convertirse en un paño de lagrimas para otros es egoísta, porque en el fondo, no nos preocupamos genuinamente por los problemas de esa persona, solo estamos llenando un vacío que no somos capaces de satisfacer nosotros mismos.
Es difícil aceptarlo sin embargo esta en nosotros el descubrir nuestra verdadera auto-estima para que otros puedan reconocer el valor que tenemos como personas.
El camino a una solución es muy sencillo y consististe en pasar tiempo con uno mismo, realizando cosas que nos guste hacer, disfrutándolo y practicando la asertividad cuando sea necesaria; de esta manera, puedes comenzar a atraer a personas que también son de buen corazón, sin exigir su amor o afecto a cambio.