No es coincidencia que nos hagamos adictos a ellos, pero aún estamos a tiempo de remediarlo.
La evolución no nos hizo para engordar o almacenar grasa, sin embargo hemos sido engañados por aquellos antojos de alimentos equivocados. ¡Oh, sorpresa! Los sabores sintéticos en los alimentos han aumentado a conveniencia de los grandes consorcios, y parece ser muy sospechoso que al mismo tiempo los alimentos no procesados estén perdiendo “sabor”. Dice la creencia popular que los alimentos están siendo diseñados por las industrias para tener una vida útil más larga y ser más atractivos visualmente, lo cual no es del todo incorrecto. ¿Haz notado cómo los alimentos naturales han perdido su sabor hasta parecer comida sin atractivo? La industria alimenticia se preocupa por estimular tus sentidos pero lamentablemente no está muy preocupada por tu salud.
¿Qué pasa con los sabores artificiales? Pues sucede que ahora los humanos estamos rompiendo una ancestral conexión entre sabor y nutrición mediante la creación de estos nuevos aromas y sabores diseñados para ser irresistibles; hemos creado alimentos que cuentan una emocionante experiencia para los sentidos pero muy pobre en contenido nutricional.
Pero de seguro se preguntarán ¿cuál es el problema con que la comida sea más rica? Bueno, durante mucho tiempo el sabor de los alimentos ha sido una herramienta esencial para que los humanos reconozcamos el valor nutrimental de los alimentos. En la antigüedad, cuando todo lo que hacíamos era buscar comida (real), el antojo por ciertos sabores estaba destinado a satisfacer los requerimientos de los órganos vitales que necesitaban nutrientes específicos para funcionar con normalidad, por ejemplo: el antojo por una naranja podría indicar que nuestro cuerpo necesitaba vitamina C, sin embargo ahora existen los refrescos sabor naranja y lo que sucede cuando los consumimos es que estamos engañado a nuestro cerebro haciéndole creer que estamos recibiendo vitamina C, el problema es que el deseo ve a persistir ya que en realidad no ingerimos vitamina C, aunque haya sido estimulado por el saborizante artificial.
Haz un experimento por 1 semana: deja de usar azúcar en tu café, no porque trates de reducir el consumo de azúcar, sino porque buscas re-educar tu paladar para lograr aprender a distinguir los azúcares naturales de frutas y las sales en las verduras, muy pronto te darás cuenta de lo dulce y salada que realmente es la comida natural y paulatinamente tu paladar se incorporará a su función natural.
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