El cuerpo humano tiene mecanismos de defensa que pasamos por alto. Y muy rara vez, sabemos identificar cuáles son y para qué sirven. Ahora te mostraremos los más curiosos.
Todos los organismos han desarrollado mecanismos de defensa frente a la invasión de agentes patógenos. Estos mecanismos pueden ser inespecíficos, impidiendo su entrada en el organismo o destruyéndolos con rapidez, o muy específicos, lo que se conoce como respuesta inmunitaria.
- El bostezo: Una de las razones del bostezo es el aumento de temperatura cerebral. La inhalación de aire durante el bostezo permite que la temperatura del cerebro disminuya a través de la parte superior del paladar. En general, el bostezo es muy útil y sano para nuestro organismo.
- El estornudo: El mecanismo del estornudo se activa cuando en la mucosa de la cavidad nasal se acumulan alérgenos, bacterias y polvo. Las terminaciones nerviosas se irritan y la persona estornuda, para eliminar el exceso de sustancias extrañas.
Es importante leer: Ten precaución la comida china causa inflamación crónica.
- Estiramiento: Durante el estiramiento el cuerpo se prepara para las actividades físicas que lo esperan. Aumenta la circulación sanguínea, y se incrementa la temperatura en los músculos. Así como también mejora el estado de ánimo.
- El hipo: El hipo es una señal del organismo de que algo no está bien con nuestro sistema digestivo. Pero lo más frecuente es que sea una manera de comunicarnos que es hora de parar de comer. Cuando una persona come apresuradamente, no mastica bien y traga grandes trozos de comida, se irrita el nervio vago, estrechamente relacionado con el estómago y el diafragma.
- Las crisis mioclónicas: Seguramente le es conocida esa sensación, cuando está acostado en la cama, empieza a caer en un profundo y agradable sueño y de pronto siente una sensación de shock eléctrico en todo su cuerpo. Todos los músculos se contraen de manera brusca, la persona se despierta inmediatamente y no comprende qué pasó. Lo que ocurre es que cuando se entra en sueño profundo, la frecuencia respiratoria disminuye, el pulso es ligeramente más lento y los músculos se relajan. El cerebro interpreta este estado como amenaza de muerte. Es por eso que envía un fuerte impulso eléctrico, con el fin de salvar el organismo.